El equipo grana no pudo con el Calahorra, en su estreno en Primera RFEF. 9.497 espectadores vieron el partido en el estadio Nueva Condomina-Enrique Roca
GREGORIO LEÓN
La Primera RFEF está sembrada de minas. Ya se sabía. Pero por si había algún desavisado, el Murcia tuvo en la noche cálida del sábado la prueba de las dificultades que trae la nueva temporada. Al Calahorra le bastó una impecable organización estructural para desactivar todo el poder que los grana habían exhibido en pretemporada.
Mario Simón sorprendió con la primera alineación de la temporada, usando a Dani Vega de falso nueve y dejando en el banquillo a Andrés Carrasco y Miku. Y al principio no pareció una decisión equivocada, porque fue el exjugador del Alcoyano quien representó la mayor amenaza para el rival. Un latigazo suyo mereció el premio, pero el larguero se lo negó. Después Alberto González, a balón parado, a punto estuvo de marcar gracias a un servicio de Pedro León. Pero poco a poco fue creciendo en su juego el Calahorra.
El Murcia salió adormecido de vestuarios. Hasta que empezó a activarse por el perfil izquierdo, infrautilizado en el primer acto. Pero no fue suficiente. Simón se vio obligado a alterar sus planes iniciales, dándole pista a Miku y a Pablo Ganet. El equipo grana fue a partir de ese momento más punzante, pero la mejor ocasión la firmó el Calahorra. Iñigo Piña remató sobre su portería, y el balón fue devuelto por la madera.
Y a pesar de los arreones finales, con algún lanzamiento de falta de Pedro León, no se alteró el marcador inicial. El Murcia se enredó en su estreno de la nueva categoría.
