El exdueño del Leganés, que ahora está estudiando minuciosamente las cuentas de la entidad grana, dispuesto a gobernar en coalición con Agustín Ramos.
GREGORIO LEÓN
La llegada de Felipe Moreno al Real Murcia es un libro voluminoso con muchos capítulos. Con tramas, subtramas, galería de personajes secundarios... A lo Ken Follet. Y solo los primeros están escritos. El último, la firma de la opción de compra entre el exdueño del Leganés y Mauricio García de la Vega, quienes tras llegar a un acuerdo, le han dado formalidad notarialmente. En virtud de dicho acuerdo, Felipe Moreno tiene a su favor una opción de adquirir el 3'79 por 100 de la cuota accionarial total de la entidad murcianista y la expectativa futura de incrementarla, en función de próximas resoluciones judiciales que le fueran favorables. La más importante será la del Tribunal Supremo, instancia a la que ha acudido el Real Murcia para dar validez a su primera ampliación de capital, tumbada por la Audiencia Provincial, en una sentencia controvertida.
Las dos partes, García de la Vega y Moreno, han fijado las cantidades en el contrato registrado en notaría, y el plazo estipulado para la ejecución de la opción de compra. El empresario nacido en Torrecampo no tiene prisa, y va a evaluar los pros y contras de dar el siguiente paso: ejercitar los derechos que le concede esta opción de compra. En estos momentos anda examinando con lupa los números del Real Murcia: deuda pública y privada, pagos pendientes del concurso de acreedores, posibilidades financieras futuras... Moreno quiere saber cuánta agua hay en la piscina antes de lanzarse a ella. Y el proceso puede llevar semanas, o quizá meses, pudiéndose demorar hasta la resolución que emita el Tribunal Supremo respecto a la ampliación de capital que impugnó Mauricio G. De la Vega, resolución que se espera a lo largo de este año 2022.
Desde el Real Murcia confirman que la negociación aún está verde, en estado embrionario. Por las complejidades de una operación con tantas aristas y angulosidades, con implicaciones judiciales y múltiples derivadas, Real Murcia y Felipe Moreno caminan con tiento.
Gobierno de coalición
Desde los despachos de Nueva Condomina se ha comenzado un proceso de negociación con Felipe Moreno, que incluye contactos esta misma semana. Agustín Ramos y Antonio Pedreño están dispuestos a abrirle la puerta. Sin embargo, le dieron con ella en las narices a Alfonso García. La diferencia estriba en que el aguileño tenía el propósito de barrer por completo con la estructura actual, desalojando del poder al presidente y a su equipo ejecutivo. Hasta diez fichajes tenía preparados, para su incorporación a la plantilla 2022/23. Sin embargo, el expropietario del Leganés se inclina inicialmente por un gobierno de coalición, con espíritu colaborativo. Felipe Moreno, de acabar accedieron al órgano de poder murcianista, actuaría en la sombra, con un perfil bajo. No tiene apetencias de ser presidente ni atraer todas las miradas. Se mantendría fiel a su carácter discreto. Al empresario cordobés le gustan más los negocios que los focos.
