El técnico del Real Murcia goza de la total confianza del presidente y su equipo directivo. Desde la zona noble se destaca que el equipo está en la zona alta, a pesar de los últimos resultados negativos.
GREGORIO LEÓN
No fueron muy intensos. Pero el Real Murcia hubo de soportar pitos en el estadio Nueva Condomina-Enrique Roca este domingo, coincidiendo con el remate al palo del Real Unión, que en ese momento ya estaba jugando con diez futbolistas y que estuvo a punto de llevarse todo el botín. Con una secuencia en casa donde el equipo solo puede presumir de una victoria, y tres empates sin goles, las miradas podrían dirigirse al banquillo. Pero en otra categoría, en la Segunda RFEF, donde cada derrota abría una crisis. La exigencia del ascenso era inesquivable. El Real Murcia debía estar en la cumbre. Este curso, aunque el Murcia no abandona su ambición, inmanente a su historia y escudo, el entrenador no se somete a un test semanal. Y ni siquiera los cinco puntos sobre quince posibles desde el triunfo en Zubieta lo colocan en posición delicada. Así se ve desde el club, que le otorga plena confianza a Mario Simón. Y no lo hace solo de puertas para afuera. Intramuros, el discurso es el mismo. La categoría es singularmente compleja, y el equipo, aun con varios resultados decepcionantes, está en la zona elevada, bordeando 'play off'. No hay motivos para la alarma. Ni para reuniones extraordinarias.
Cambios tardíos
El crédito de Mario Simón se mantiene intacto. Pero la cúpula directiva, con Agustín Ramos a la cabeza, sí ha localizo un problema: el técnico hace los cambios demasiado tarde. Su reacción este domingo llegó con retraso, sin una respuesta inmediata al contexto que dejó el partido con el Real Unión sin un efectivo menos. Pero el presidente grana no lleva más allá en sus observaciones. Si el año pasado la figura de Mario Simón estaba en controversia, esta campaña cuenta con todo el apoyo de Ramos y su Consejo de Administración.
