La cúpula directiva del Real Murcia medita la destitución del entrenador del equipo, si el equipo no gana al Logroñés el próximo sábado. El club apunta también a la falta de competitividad de la plantilla.
GREGORIO LEÓN
Se avecinan sacudidas en el Real Murcia. El fiasco copero junto al volcán de Cumbre Vieja iba a tener consecuencias. Pero por sí mismo, no habría puesto en marcha la máquina de cortar cabezas. Al gatillazo ante el Atlético El Paso se suma la fragilidad del equipo en el estadio Nueva Condomina-Enrique Roca. Con solo una victoria disfrutada, los aficionados del equipo ya se están acostumbrando a abandonar mohínos el campo de fútbol. Y el equipo ya no está en 'play off'.
La suma de todos estos elementos ha colocado a Mario Simón ante una situación límite: o el Murcia gana el sábado a la Unión Deportiva Logroñés, o el técnico será despedido, casi con total seguridad. Ese es el pensamiento que ha ido germinando en las últimas horas en la cúpula directiva, profundamente preocupada. "Hay que cortar la hemorragia", es una frase utilizada por uno de los miembros del ejecutivo grana. Aun valorando la profesionalidad de Mario Simón, su dedicación y mano izquierda, en la zona noble de Nueva Condomina no son ajenos a los números del equipo, y de las dificultades inherentes a una categoría erizada de cristales. El equipo está a solo tres puntos de la zona roja, y la amenaza del descenso siempre acecha. Por eso entiende la directiva que es necesario un volantazo, en caso de nuevo traspié en casa.
Pero desde los despachos del club no solo se señala con el dedo al entrenador. También a la plantilla, que ya ha dado pruebas suficientes de sus debilidades, y falta de competitividad en algunos partidos. "Le falta casta. Pero no hay mal que por bien no venga", asegura otra fuente de la estructura directiva murcianista, dándole un enfoque positivo a los problemas que han aparecido en el camino. Con mucho curso por delante, una ventana invernal de fichajes en perspectiva y la entrada de un accionista potente como Felipe Moreno, el club está en disposición de acometer las reformas necesarias que permitan colmar las expectativas futuras, y que quedan reducidas a una: que el Real Murcia pelea por el ascenso al fútbol profesional.
