Sus errores a balón parado le condenan a una derrota dolorosa ante el Osasuna Promesas, y le cuesta salir de la zona de 'play off' de ascenso.
GREGORIO LEÓN
Los elementos se concertaban para dejar un domingo de felicidad plena para los aficionados del Murcia. Su equipo convocó a más de 10.000 personas en el estadio Nueva Condomina-Enrique Roca, animadas por la última victoria en Lezama y el pacto Agustín Ramos-Felipe Moreno. Pero a los seis minutos el escenario ya era de pesadilla. Huarte y Herrando, en dos jugadas gemelas, a balón parado, puso un inesperado 0-2 en el marcador. El Osasuna Promesas le pintó la cara a la defensa grana.
Pedro León encendió las luces e inflamó el estadio al golpear mágicamente el balón para llevarlo a la jaula navarra, aprovechando una falta al borde del área. Sexto gol para el muleño. Brotaba la esperanza. Pero enseguida la guillotinó el rival. Dufur volvió a desnudar a los defensores del Murcia, de cabeza. Y para completar la película de terror, Llinares sorprendió a Miguel Serna desde el córner. Un gol olímpico que ya convertía en misión imposible para los locales la remontada.
El cuadro que prepara Mario Simón tiene un problema severo en su campo, donde solo ha atrapado una victoria, con un inquietante balance de puntos conseguidos: solo el 40 por 100. Lo que gana fuera lo pierde en casa. La consecuencia: el equipo sale de 'play off'.
