El tenista murciano, con una lesión en el costado izquierdo, tuvo que retirarse cuando disputaba el segundo set ante el danés Holger Rune. Alcaraz había perdido el primero.
GREGORIO LEÓN
Todos los ojos se nos iban a la rodilla izquierda de Carlos Alcaraz, vendada en el primer partido. El murciano fue superando varias rondas, a pesar de las molestias. Pero nadie contaba con que un pinzamiento entre las costillas le iba a obligar a quedar fuera del camino que debía conducirle a la final en París-Bercy.
En el 'tie-break' del segundo set, después de recibir atención médica, y con grandes dolores para sacar, decidió retirarse. En ese momento perdía en la muerte súbita ante un crecido Holger Rune. Una despedida anticipada que pone en riesgo que Carlitos pueda mantener el número 1 de aquí a final de año. Deberá conseguir tres victorias, ya en las ATP Finals de Turín. Si es que la recuperación es adecuada, y el murciano está en disposición de disputarlas.
El danés encontró el antídoto contra Carlos Alcaraz: pagarle con la misma moneda de curso legal con el que el murciano llega a las victorias. Subidas a la red, dejadas, y especialmente, un buen resto, que se aprovechó de las dificultades de Carlitos con los primeros servicios.
La consecuencia fue que llegó el primer break, y Rune no vaciló hasta cerrar el primer set con un ace. La mejor forma de decir que él no acudía de telonero de nadie.
Alcaraz se veía obligado a elevar su nivel de juego. Los buenos golpes de revés de Rune y su osadía requerían una reacción de ese tipo. Y aunque con dificultades, debiendo fabricar cada punto con el material de la paciencia, logró mantener su saque. Y hasta tuvo dos bolas de ruptura, que malgastó. Y el partido desembocó en el 'tie-break'.
Carlos, muy limitado físicamente, sintiendo punzadas en cada servicio, prefirió retirarse antes de que la lesión en su costado izquierdo fuera a mayores. Turín le espera.
