El capitán, que destacó ante Andorra con 32 de valoración, deja atrás esa derrota en Murcia y cree en su equipo a falta de nueve jornadas: "No hablo de éxito o fracaso. Lo preocupante sería que el club deje de crecer"
Nemanja Radovic lleva casi una década como jugador del UCAM Murcia en las que ha vivido situaciones muy diversas. La derrota frente a Morabanc Andorra (79-85) fue el partido con mayor puntaje del capitán universitario con el club (26 puntos y 32 de valoración), pero no sirvió para ganar en el Palacio de los Deportes, donde los de Sito Alonso suman tres derrotas consecutivas. No es la situación deseada, pero el montenegrino es positivo de cara al tramo final ya que el octavo (Manresa) sigue a dos victorias: "Faltan nueve jornadas y estamos motivados para hacer bien las cosas. Quedan partidos difíciles pero confío en este equipo. Estamos donde estamos. El pasado ya no existe. Lo más importante es recuperar nuestro juego y hacer de casa un fortín".
Con respecto al papel del equipo como local, ha confesado que "necesitamos encontrar esa sintonía con la afición. En casa no encontramos el buen juego. El otro día estuvieron a tope y nos dieron muchos ánimos". El partido del sábado no fue el mejor y Radovic se lamenta, pero abstrae cosas positivas: "Me gustaría haber ganado porque estaba disfrutando en pista, pero nos faltó el último empujón. Estoy aquí para ayudar y cuando este en la pista no me voy a esconder. Me encuentro bien físicamente".
Tras la gran temporada pasada, la exigencia es alta y cumplir las expectativas es más complicado: "Hay temporadas buenas y menos buenas. No hablaría de fracaso o éxito. Lo preocupante sería si dejamos de trabajar para el crecimiento del club. La gente que sigue al equipo toda la vida sabe de donde venimos. Cuando vine a Murcia hace nueve años peleábamos por no descender. Entiendo la ambición por estar arriba pero no somos el real Madrid, Barcelona o Unicaja para estar ahí todas las temporadas". El tema de los arbitrajes está siendo una constante durante la temporada. El de Montenegro le resta importancia pero admite que "en los últimos partidos noté que hemos sido perjudicados. Entiendo que todos somos humanos y nos equivocamos. No pedimos ayuda, sólo respeto".
