Los 400 años que han pasado no han borrado la injusticia cometida con aquellas personas que fueron obligadas a abandonar sus casas y a dejarlo todo
CLAUDIO CABALLERO. Ojós
El 19 de octubre de 1613, el rey Fernando III firmó el decreto de expulsión de todos los moriscos del Valle de Ricote. Eran los últimos que habían quedado en la península tras ser excluidos de expulsiones anteriores. Desde que fueron desterrados, nadie había reconocido esta injusticia, pues éstos habían demostrado sobradamente su cristiandad, integración y fidelidad a la corona española.
Desde el año 2013, 400 años después, el Ayuntamiento de Ojós recuerda cada año e intenta restablecer el honor de aquellas gentes. Este pasado domingo, se procedió a tan merecido homenaje, según nos ha contado José Emilio Palazón, alcalde de Ojós.
En el jardín de los Expulsos, donde se desarrolló el Acto, se encuentran inscritos los nombres de todos los expulsados. Concha Marín Banegas es descendiente de uno de aquellos vecinos desterrados y cuenta cómo descifró su árbol genealógico junto a sus familiares. Marín Banegas recuerda la enorme injusticia cometida con sus antepasados y el resto de moriscos del valle.
Los actos finalizaron con un pequeño desfile con antorchas en recuerdo de aquellas almas tan injustamente desterradas del Valle de Ricote.
