Los alcaldes unen sus protestas a la patronal Hostemur y recuerdan que los contagios de COVID-19 aumentan porque los brotes están localizados en el trabajo agrícola
ANA R. GÓMEZ. Murcia
Los Alcázares y Torre Pacheco han unido sus protestas a la patronal de la hostelería, ante el mantenimiento del cierre de estos establecimientos para hacer frente a la pandemia. Reclaman medidas concretas para atajar los brotes, que están localizados en empresas agrícolas y transmitidos por jornaleros que trabajan en condiciones muy precarias.
La visita ayer de técnicos de sanidad a ambos municipios es calificada como un jarro de agua fría por Mario Pérez Cervera, primer edil de Los Alcázares, quien además asegura que las ayudas prometidas por la Comunidad Autónoma no llegan a los hosteleros.
En Torre Pacheco la situación es muy similar. Se trata una ciudad dormitorio, dice el alcalde Antonio León, y allí los contagios llegan incluso desde otras autonomías.
Ambos han convocado a los medios de comunicación en la sede de los empresarios murcianos, la CROEM, donde el presidente de la patronal Hostemur, Jesús Jiménez, ha mantenido su crítica posición respecto a las medidas dictadas por la consejería de Salud. Jesús Jiménez afirma que mantener las restricciones es como aplicar un tratamiento médico equivocado, y que ya se demostró en Totana que, en cuanto se reduce la actividad agrícola, baja la tasa de contagios.
Es contradictorio como medida sanitaria, dice el presidente de los hosteleros, cerrar el camino a su negocio mientras que se abre a las celebraciones en familia. En su opinión, visitar ayer Los Alcázares y Torre Pacheco fue nada más que una acción para la galería.