Aseguran que no se empleaban mascarillas ni se respetaban las distancias mínimas, y que su presencia era un riesgo para los residentes y para ellos mismos. Para la acusación, lo grave es que el SMS no supliera sus bajas
REDACCIÓN. Murcia
La juez que instruye la denuncia de los familiares de los ancianos fallecidos en la residencia de CASER en Santo Ángel ha decidido mantener la condición de investigados de los dos médicos que atendían a los residentes del centro, aunque solicitará varios testimonios para confirmar si, como ellos argumentan, abandonaron su puesto de trabajo después de comunicar al Servicio Murciano de Salud y a los servicios de prevención de CASER que eran personal de riesgo.
La juez ha sobreseido las acusaciones contra el enfermero, tras comprobar que él sí que acudió a su trabajo, aunque lo abandonó días más tarde con una baja médica porque presentaba síntomas de COVID.
Los médicos argumentan que en la residencia no se empleaban mascarillas ni se respetaban las distancias mínimas, y que su presencia en el centro era un riesgo para los residentes y para ellos mismos. La abogada de los familiares, Maria José Martínez, dice que lo verdaderamente grave es que el Servicio Murciano de Salud no tomó medidas para suplir esas bajas, aunque tenía competencias para hacerlo.
Por esa razón, los familiares, que ya han presentado una segunda querella por estos mismos hechos contra la dirección de CASER Residencial, van a presentar esta misma semana otra en la que exigirán responsabilidades a los responsables de las Consejerías de Salud y Política Social, así como a los gerentes de Servicio Murciano de Salud y del IMAS. La denuncia se cursará ante la sala del Tribunal Superior de Justicia de Murcia, con la intención de acumular posteriormente todos los procedimientos en una única causa.
Lo que la abogada de los familiares quiere ahora es que se autorice cuanto antes la toma de testimonios de los testigos directos, algunos de los cuales podrían tener incluso grabaciones del estado en el que se encontraban los ancianos que residían en las instalaciones de Santo Ángel.
