Las playas Carrión y Manzanares siguen cerradas al baño por los residuos derivados de los arrastres de las inundaciones
CARMEN J. ALBENTOSA. Murcia
Los vecinos de Los Alcázares se enfrentan a un duro y diferente verano marcado por la crisis del coronavirus y las consecuencias de las inundaciones que ha sufrido el municipio. Las playas Carrión y Manzanares siguen cerradas al baño por los residuos derivados de los arrastres de las riadas.
Los negocios hosteleros son los más afectados por la poca afluencia de turistas. Algunos de ellos son el balneario La Encarnación y el chiringuito Casa Julián, ambos ubicados en la playa Carrión, donde ahora el baño está prohibido. El Ayuntamiento de Los Alcázares está trabajando en la limpieza de los residuos y enseres que fueron arrastrados al fondo del mar. Las playas están prácticamente vacías y solo algunos individuos acuden con sus sombrillas y sillas, pero sin probar el agua.
Los vecinos comparten la tristeza de ver el municipio vacío, el Mar Menor lleno de barro y la incertidumbre de no saber si tiene solución. Se trata de un verano distinto para todos, en el que la crisis sanitaria ha agravado todavía más las dificultades de los alcazareños para recuperarse de los daños causados por las inundaciones.
