REPORTAJE: Los espacios dunares de la Región, entre la recuperación y la amenaza del hombre

FRANCISCO RUIZ / Murcia

Las zonas dunares son ecosistemas muy frágiles y condicionados por la acción del hombre. Tal es la importancia de estas dunas, como las que existen al final de La Manga del Mar Menor, Calblanque o La Llana, que sobre ellas hay varios proyectos de conservación y protección. Les invitamos a escuchar el reportaje de Fran Ruiz.

Albergar vida en un hábitat tan cambiante como el dunar no es sencillo. Ubicadas en el litoral costero, cada ecosistema es endémico del lugar en el que se desarrolla. En las playas de la Región, en el sureste peninsular, los parques regionales de Calblanque o de las Salinas de San Pedro son el refugio de numerosas especies de flora acostumbradas a que la movilidad de la arena sepulte por completo sus raíces. María Mercedes Martínez, informadora jefe del equipo que trabaja en Calblanque, explica que estas plantas han desarrollado estrategias únicas de adaptación:

Mecidas por los vientos, la movilidad dunar provoca que la extensión de la arena a lo largo de la playa oscile ostensiblemente. Esta condición se ha visto acrecentada durante el invierno. El lebeche ha traído consigo la reducción de la zona de playa, lo que ha provocado que los bañistas busquen lugares ya ocupados por las plantas. Pedro Gadea, presidente de la Asociación de Vecinos de Calblanque, lamenta que pese a las indicaciones la gente pise estas plantas, algo que puede acarrear la pérdida de un hábitat tan frágil.  

En la misma línea habla Jorge Sánchez, biólogo de la Asociación de Naturalistas del Sureste. ANSE está trabajando en el proyecto LIVE SALINAS para la recuperación de estos ecosistemas en la zona de la Llana, en San Pedro del Pinatar. Con esta iniciativa, que cuenta con carteles explicativos o un cordón de posidonia para que el oleaje no embista en las dunas, se pretende concienciar a la población de la importancia de conservar los ecosistemas dunares.