El presidente de la Asociación Española de Vacunología contradice al Comité COVID murciano. Muestra su preocupación porque el 35% de personal sanitario aún no se inscribiera para vacunarse: "Una doble irresponsabilidad"
PACO MARTÍNEZ
El presidente de la Asociación Española de Vacunología, Amós García Rojas, contradice los criterios del Comité COVID de la Región de Murcia y no ve ninguna razón por la que la vacuna de Pfizer (o la próxima de MODERNA) no pueda ser administrada a los grandes dependientes que están inmovilizados en sus domicilios. Al contrario: Amós García cree que las administraciones tienen que hacer un esfuerzo urgente para vacunar a esas personas que son especialmente vulnerables.
Hace un par de días Jaime Pérez, portavoz del Comité COVID explicaba que en Murcia sólo se vacunará a los grandes dependientes que puedan desplazarse a un hospital o un centro de salud para recibir la inyección, con el argumento de que las formulaciones de Pfizer y Moderna no podían utilizarse con los inmovilizados, que tendrían que esperar "a una vacuna más sencilla". El Presidente de la Asociación Española de Vacunología asegura a Onda Regional que no hay ningún impedimento médico para administrar el tratamiento de Pfizer a este grupo de población que, por lo demás, debe ser inmunizado lo antes posible: "No le veo objeción a su administración en estas circunstancias. Es más, es un colectivo diana sensible. Los grandes dependientes no pueden esperar y hay que ir rápido a vacunarlos, igual que se hizo con las residencias de mayores yendo a esos centros. Debemos ir a los domicilios a vacunar a los grandes discapacitados y a sus cuidadores".
Los que sí tendrán que esperar para recibir la segunda dosis son todos aquellos que han contraído la enfermedad después de haber recibido una primera inyección de la vacuna. No es un problema, explica García Rojas, porque está claro que el plazo para esa segunda dosis puede estirarse hasta los 42 días, tiempo suficiente para que en la mayoría de los casos remitan los síntomas: "Cuando termine el cuadro activo de coronavirus se puede aplicar la segunda dosis".
Lo que sí resulta preocupante es que un 35% del personal sanitario de la región no se haya inscrito todavía para solicitar la vacuna. Dice García Rojas que incurren en una doble irresponsabilidad, porque son población de riesgo y, además, deberían actuar como ejemplo para la población. No cree en cualquier caso que ahora mismo sea necesario plantear el debate sobre la obligatoriedad de la vacunación, que siempre podría abrirse si las tasas de cobertura siguen siendo bajas al final de la campaña: "En principio, no están asumiendo lo que debería ser una función correcta en el ámbito sanitario. Deberían ser un ejemplo educativo para la ciudadanía. La vacunación en ellos es necesaria porque corre más riesgo para infectarse. Cuando acabe el proceso de vacunación ya se estudiará, pero ahora no es momento de debate el que sea obligatoria para ellos".
Hay un último asunto sobre el que le hemos pedido opinión: la práctica diaria ha demostrado que en los viales de Pfizer no hay, como se esperaba, cinco dosis de vacuna, sino seis. Es un dato relevante porque, en el caso de Murcia y con las reservas actuales, implicaría que la Región podría disponer de casi 3.500 dosis extra para afrontar la campaña de vacunación. García Rojas espera que la Agencia Europea del Medicamento autorice pronto el uso de esa sexta dosis que ahora mismo, dice, se está desperdiciando: "Si son cinco dosis, no podemos decir que se pongan seis, aunque veamos que sobra en el vial. Debe ser la Agencia Europea del Medicamento, con una coartada científica, la que habilite eso. Sería fantástico para aprovechar una dosis que en este momento se está desperdiciando".
