El informe del Observatorio de Atención al Paciente también muestra que el 53% de los enfermos crónicos vieron canceladas o modificadas sus terapias y el 79% contó con dificultades en la primera ola para lograr fármacos
ISABEL GONZÁLEZ
El retraso en el diagnóstico de todo tipo de patologías es otra de las consecuencias de la pandemia de coronavirus. Uno de cada cinco pacientes de cáncer no ha sido diagnosticado, el código Ictus se ha activado un 28% menos mientras se han reducido un 40% los casos de intervencionismo por infarto de miocardio. Son los datos que se aportan en el informe del Observatorio de Atención al Paciente del que se desprende también que un 53% de los enfermos crónicos ha visto canceladas o modificadas sus terapias de rehabilitación y hasta un 79% tuvo dificultades, en la primera ola, para conseguir tratamiento farmacológico. El estudio está impulsado por la Plataforma de Organizaciones de Pacientes sobre la realidad de las personas con enfermedades crónicas en España y realizado entre los meses de abril y julio.
En relación a los retrasos por la reorganización sanitaria para atender a pacientes agudos con covid, el informe desvela que uno de cada cinco pacientes con cáncer no ha sido diagnosticado o ha sido diagnosticado tarde. El trabajo recoge también la inquietud de muchos profesionales por la "actividad telemática que han venido desarrollando". Creen que España no estaba preparada para ello, algo que en alguna medida reconoce la directora general de Salud Pública, Pilar Aparicio.
Pero no todo es imputable al sistema, algo tan humano como el miedo ha tenido también una repercusión significativa. Ese temor ha sido cuantificado por el observatorio: un 8% de los pacientes tomó la decisión de no presentarse el día citado para una prueba y el 6,4% pidió el aplazamiento de ésta o bien de una operación.
