Una empresa de la familia real marroquí requirió a la sociedad de José Cánovas para que cesara en la explotación de una variedad de mandarina de la que tiene derechos en propiedad
REDACCIÓN. Murcia
Victoria judicial parcial de un agricultor de Alhama de Murcia en el litigio que mantiene desde 2004 con el rey de Marruecos por el cultivo de mandarina Nadorcott, cuya patente es propiedad de la familia del monarca. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dado por prescritos gran parte de los derechos del Reino Alauí sobre ese cultivo y el fallo debe servir para que el Supremo interprete el alcance de la protección comunitaria del producto.
La demanda contra José Cánovas Pardo se registró en el año 2011. Este empresario decidió en 2006 cultivar en sus terrenos, sin la preceptiva autorización, 4.500 mandarinos pero, un año después, fue advertido por los poseedores de la licencia para que cesara esta actividad hasta que solicitara el permiso correspondiente. No fue hasta cuatro años después de esa advertencia cuando la familia real marroquí abrió diligencias ante un juzgado. Es en ese punto en el que incide la Justicia europea que entiende que para calcular el plazo de vencimiento del delito se debe tener en cuenta la fecha de inicio de la protección de la mandarina y el instante en que el dueño de los derechos tiene conocimiento de la infracción y de su autor. Además, el marco legal europeo establece en tres años el tiempo para la prescripción de este tipo de delitos. Por ese motivo se deduce que la denuncia presentada por Rabat estaba fuera de plazo.
No es esta la única demanda presentada por la familia real de Marruecos contra agricultores españoles por la plantación de mandarina Nadorcott pero sí la primera en la que uno de los afectados consigue un pronunciamiento a su favor. La mayoría de los productores se vieron obligados a arrancar sus plantaciones por decisión judicial.
