La consejera en España de la OIT, Natalia Díaz Santín, decía que "los países más desarrollados han puesto en marcha políticas de apoyo a sus tejidos productivos, pero la situación es distinta a los países pobres"
PACO MARTÍNEZ. Murcia
La Organización Internacional del Trabajo ha revisado hoy a la baja sus perspectivas de crecimiento mundial, y ha vuelto a hacer un cálculo muy negativo de los efectos que la pandemia va a seguir teniendo en términos de destrucción de puestos de trabajo. Este año terminará con 125 millones de empleos a tiempo completo menos de los que había en el mundo en 2019, confirmando que la salida de la crisis del COVID se está produciendo claramente a dos velocidades.
Lo explicaba la consejera en España de la OIT, Natalia Díaz Santín que decía que "los países más desarrollados han sido capaces de poner en marcha políticas de apoyo a sus tejidos productivos y ya han empezado a recuperar un alto porcentaje de normalidad porque han alcanzado tasas muy altas de vacunación, pero la situación es muy distinta en las naciones más pobres, en los que la vacuna sigue sin llegar a la población".
Europa es uno de los territorios económicos que mejor ha hecho los deberes, pero aún así "la recuperación no será plena mientras el empleo no vuelva a los niveles prepandemia en el conjunto del planeta", decía Díaz Santín. Y para eso hará falta una acción internacional coordinada y muy potente.
En el caso concreto de España, la OIT sigue observando problemas estructurales, como la alta tasa de paro juvenil. Pero en el horizonte empieza a aparecer una recuperación que será mucho más rápida que la que siguió a la crisis de 2008, entre otros motivos porque en esta ocasión el Gobierno sí ha desarrollado políticas de protección, tanto con medidas fiscales como con herramientas nacidas del diálogo social como los ERTES.
