El programa de transición a la vida adulta de la ONG ayuda a menores y adolescentes migrantes no acompañados a conseguir un contrato laboral. La mayoría suele encontrar su primer empleo en el sector agrícola
La estancia en estos centros de menores y adolescentes migrantes no acompañados se prolonga hasta que cumplen la mayoría de edad, a partir de ahí, salen a la sociedad sin las suficientes herramientas para llevar a cabo un proyecto de vida, tarea a la que les ayuda en la Región de Murcia la organización Accem que en los dos últimos años ha ayudado a 80 jóvenes de entre 18 y 21 años a buscar un futuro.
La modificación de la ley de extranjería a finales del pasado año, ha permitido que aumente el número de jóvenes que pueden ver regularizada su situación en nuestro país tras pasar por estos centros. Para ello necesitan atención social, educativa, psicológica y un trabajo. José Manuel Iniesta, coordinador de ACCEM en Murcia, señala que la situación ahora es más favorable.
Conseguir legalizar su situación depende de que tengan pasaportes, de que los consulados se muestren más o menos colaboradores y de otros factores. La mayoría suele encontrar su primer empleo en el sector agrícola, aunque cada vez son más los que logran trabajo en la hostelería o la industria.
En mayor o menor medida todos estos jóvenes llevan una mochila cargada de vivencias y han sufrido situaciones de desprotección. La infancia les ha marcado de por vida y en un momento determinado han tenido que tomar la decisión de un adulto, de dejar todo atrás en su país de origen y jugarse el tipo por llegar a Europa. Circunstancias que acaban trasladándose al terreno emocional.
Este el segundo año que Accem trabaja en este programa que se pretende prorrogar para garantizar su financiación al menos durante 4 años. 80 jóvenes de 18 y 21 años han pasado por él, algunos tan sólo varios meses, otros hasta dos años, pero prácticamente todos acaban como un caso de éxito.
