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Delegación episcopal para la protección del menor recibe cuatro denuncias por abusos sexuales presuntamente vinculados a la Iglesia

La Conferencia Episcopal ha puesto en marcha una página web desde la que se pueden presentar denuncias o establecer contacto directo con los mediadores de las Delegaciones Episcopales de todo el país: ParaDarLuz.com

PACO MARTÍNEZ
19 OCT 2022 - 21:48
Delegación episcopal para la protección del menor recibe cuatro denuncias por abusos sexuales presuntamente vinculados a la Iglesia
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Delegación episcopal para la protección del menor recibe cuatro denuncias por abusos sexuales presuntamente vinculados a la Iglesia
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La Delegación episcopal para la protección del menor de la Diócesis de Cartagena ha recibido, desde su constitución hace dos años, cuatro denuncias por abusos sexuales presuntamente cometidos por sacerdotes o seglares vinculados a la Iglesia Católica. Su responsable, el vicario Gil José Sáez, asegura que todos los casos han derivado en una doble investigación (judicial y canónica) y que las víctimas han recibido apoyo y ayuda. 

La Conferencia Episcopal ha puesto en marcha una página web (ParaDarLuz.com) desde la que se pueden presentar denuncias o establecer contacto directo con los mediadores de las Delegaciones Episcopales de todo el país. Su compromiso es garantizar la absoluta privacidad de los denunciantes y poner a su disposición todo el apoyo legal, psicológico y espiritual que puedan necesitar.

Lo que es evidente es que hay un cambio radical en el discurso de la Iglesia Católica frente a estos abusos y no sólo por lo que afecta a casos actuales; también en su disposición a indagar en su propio pasado. La Delegación Episcopal del Obispado de Cartagena ha iniciado una investigación interna que se remonta al año 1950, en la que están repasando todas las fichas sacerdotales para tratar de detectar posibles indicios de abusos. No es fácil, nos reconoce el vicario: durante todo el siglo XX la práctica habitual consistía en trasladar al sacerdote involucrado en lo que entonces se identificaba únicamente como "conducta inmoral". Y muchas veces, ni eso quedaba registrado, aunque algunos traslados resultan hoy claramente sospechosos.

Dice Gil José Sáez que a esa ausencia de registros eclesiásticos hay que sumar otra circunstancia: como la Iglesia Católica dejó de aplicar desde comienzos de siglo las leyes penales, las víctimas quedaban totalmente desamparadas y rara vez se atrevían a denunciar públicamente su situación.

Como responsable de la Delegación Episcopal para la protección del menor y de los adultos vulnerables (que esa es la denominación exacta de este órgano), Sáez dice que es plenamente consciente de que las investigaciones que han puesto en marcha pueden acabar detectando "bolsas de víctimas" que en su momento ocultaron los abusos sufridos. Ha ocurrido en Cataluña, en los internados religiosos del franquismo, y pueden aparecer en Murcia. Pero asegura que no temen que eso pueda ocurrir porque están decididos a corregir los errores del pasado.

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