Los científicos advierten que la retirada de la biomasa no soluciona el problema de contaminación, que sigue presente por la entrada de nutrientes, nitrógeno y fósforo
El científico del Instituto Oceanográfico Juan Manuel Ruiz asegura que no se puede atribuir la recuperación del Mar Menor a la transparencia del agua. Advierte de que el ecosistema "está alterado" porque siguen entrando nutrientes, y que la retirada de la biomasa no soluciona el problema de contaminación de la laguna salada.
El colapso del ecosistema del Mar Menor en 2016 supuso un profundo deterioro de buena parte de los mecanismos de resiliencia ocasionando la pérdida del 85% de la extensión total de las praderas marinas y la casi desaparición de las nacras que tienen una función de filtro de las partículas y nutrientes.
El ecosistema es cada vez más vulnerable a cambios ambientales y tiene una capacidad reducida de adaptación al cambio climático. Eso sí, matiza que "no está muerto". Para el científico del Instituto Español de Oceanografía, se debe dejar de asociar la recuperación del ecosistema al agua transparente y advierte de la proliferación de las macroalgas, síntoma de eutrofización.
Para el ecólogo marino, la retirada de biomasa que el Gobierno regional está efectuando, una actuación en la que se han invertido 15 millones de euros, no es una solución para el problema de contaminación que sufre el ecosistema. El problema sigue presente por la entrada de nutrientes, nitrógeno y fósforo, atribuibles, según Juan Manuel Ruiz, a la agricultura en un 85%, a las aguas residuales en un 15% y a los episodios extremos como la DANA de 2019.
La directora de la Oficina del Mar Menor, Francisca Baraza, cree que el problema de degradación de la laguna salada no se solucionará "en décadas". Aclara que el Plan de Actuaciones Prioritarias en el entorno de la laguna vigente hasta 2026 es simplemente "un programa de choque para establecer las bases científicas para su recuperación".
En el paquete de actuaciones del ministerio se incluyen 20 millones de euros para que los ocho municipios de la cuenca vertiente mejoren sus sistemas de saneamiento y depuración y otros 20 millones para reconducir el sector agrario hacia un modelo productivo compatible con la sostenibilidad del Mar Menor.
También se contemplan 227 millones para la restauración y mejora ambiental con un cinturón verde y la restauración de la zona minera. Además, la prioridad ha estado marcada por la eliminación de más de 6.500 hectáreas de regadío ilegal.
El colapso del Mar Menor y los eventos de eutrofización no tienen precedentes científicos. Los expertos precisan la necesidad de seguir investigando y monitorizando tanto las aguas de la laguna como la entrada de nutrientes. En este sentido, Baraza aclara que la recuperación de este entorno natural no se será posible en 2026
La responsable de la Oficina del Mar Menor ha señalado que ya se ha ejecutado el 20% de los 484 millones de euros presupuestados en el plan de actuaciones prioritarias. Reconoce que la comunicación con la administración regional es buena, no así la puesta en marcha de medidas de competencia autonómica que complementen a las previstas por el Ministerio.
