La psicóloga Mara Castro, recuerda que la mayor parte de esos menores no están amparados por la orden de protección que impide al agresor acercarse a sus madres
PACO MARTÍNEZ. Murcia
Más de 2.200 menores han pasado en los últimos once años por el SAPMEX, el Servicio de Atención Psicológica a Hijos e Hijas de mujeres víctimas de violencia de género. Es un recurso que depende de la Comunidad Autónoma cuya coordinadora, la psicóloga Mara Castro, nos ha recordado que la mayor parte de esos menores no están amparados por la orden de protección que impide al agresor acercarse a sus madres.
Eso significa que muchos de esos niños y niñas siguen manteniendo contacto con sus padres, exponiéndose en ocasiones al riesgo de convertirse en víctimas directas de una agresión. Los datos revelan que hasta el 60% de los agresores han ejercido violencia también sobre sus hijos, por lo que Mara Castro considera "una barbaridad" que puedan obtener derechos de visita sin ningún tipo de seguimiento o vigilancia.
El objetivo del SAPMEX es ayudar a los menores a superar el trauma que implica verse envueltos en un episodio de violencia de género, y darles las herramientas necesarias para evitar que la experiencia les deje secuelas. No siempre lo consiguen: las alteraciones psicológicas son más frecuentes en adultos que de pequeños vivieron ese tipo de situaciones. Y lo que es peor: algunos caen en lo que Castro denomina "el ciclo de la violencia" porque sólo entienden las relaciones a través de la violencia. El trabajo de los psicólogos del Servicio es ayudarles a construir otra escala de valores
¿En qué puede mejorar este servicio? Su coordinadora lo tiene claro: ellos atienden los casos graves, pero hacen falta protocolos más eficaces para detectar los problemas en las fases iniciales. Protocolos tanto en los colegios como en los centros de salud, para sistematizar lo que ahora se hace a base del esfuerzo personal de los profesionales.
