Durante el foro "Salud Financiera como estilo de vida", el chef catalán, Joan Roca, señala la necesidad de recuperar los valores de la cocina tradicional y el empleo de productos locales y de proximidad
Las situaciones de estrés económico están llevando a muchas personas a las consultas de especialistas para intentar sobrellevar emocionalmente la presión a la que se están viendo sometidos. Es una de las conclusiones analizadas en la jornada sobre 'Salud Financiera', que se ha celebrado este jueves en el Paraninfo de la Universidad de Murcia.
La educación financiera, permite cuidar el bienestar, según ha explicado Laura Rojas Marcos, doctora en Psicología Clínica. Al estrés por la subida de precios se une la gestión emocional de la pandemia que sigue afectando a una parte importante de la población. "Necesitamos conocernos nosotros mismos, saber cuáles son nuestras fortalezas y debilidades, tener un plan de acción, y respecto al estrés económico, que menos que ir a las personas que conocen ese tema para aprender de ellos", ha destacado.
Desde el punto de vista de la alimentación, el chef y copropietario de restaurante El Celler, Joan Roca, nos invitaba a cuidar también nuestra economía priorizando productos de la tierra y de temporada, evitando en lo posible, alimentos que tienen que ser importados de otros países y que encarecen la cesta de la compra. "Lo que viene de lejos es más caro, no es tan rico ni es tan sano. Los productos murcianos son muy buenos, sobre todo los limones. Si compras con parámetros de sentido común también mejoras la salud del planeta porque no obligas a llevar productos de un lugar a otro dejando huella de carbono".
Por su parte, David Conde, director territorial Este de BBVA, apuesta por tener ingresos y gastos, los fijos y los variables, bajo control y apuesta por unos límites muy definidos para no verse con el agua al cuello. Asegura Conde que los gastos de un préstamo hipotecario no deben superar el 30% del total de los ingresos. Una situación que con el último incremento del Euribor, puede llegar a ser ciencia ficción para muchos hipotecados.
Ahí es donde entra en juego, la capacidad de las entidades financieras de ayudar a los clientes que más complicado tienen afrontar subidas, que de media, se sitúan en los 180 euros al mes.
