Son cuatro décimas más del déficit previsto en primavera. Sin embargo, el Gobierno regional prevé cerrar el ejercicio con un déficit del 0,6%
La Agencia Independiente de Responsabilidad Fiscal, AIREF, empeora las previsiones de déficit público en la Región y apunta a que cerrará el ejercicio en el 2,6 por ciento del PIB, cuatro décimas más de lo previsto en la primavera. La deuda de la Comunidad alcanzará el 33,9 del PIB.
En cuanto al déficit, Murcia lidera el ranking de las autonomías seguida por la Comunidad Valencia con una décima menos. El incremento se debería a un mayor gasto ajeno a los fondos europeos. La discrepancias entre consejería de Hacienda y AIREF alcanzan los 2 puntos porcentuales ya que el Gobierno regional prevé cerrar el ejercicio con un déficit del 0,6.
Para el año 2023, la AIREF estima que los recursos financieros de Murcia crecerán un 20 por ciento gracias a la liquidación a cuenta del IVA por la mayor recaudación que el Estado está haciendo por efecto de la inflación. Pero advierte al Gobierno regional de que no dedique esos incrementos a gastos estructurales en lo presupuestos del año que viene o a reducir impuestos autonómicos, dado que la cifra descenderá en el 2024 y será nula en 2025.
En cuanto a la salud financiera de los ayuntamientos, el de Totana sigue en riesgo alto de sostenibilidad con un 344 por ciento de deuda en relación a sus ingresos mientras que el de Caravaca sigue en riesgo bajo con un 116 por ciento. Son los dos ayuntamientos de la Región que la AIREF sitúa en esa situación financiera complicada en mayor o menor medida.
Todo, en una coyuntura en la que este organismo prevé un crecimiento del PIB en el país del 4,2 por ciento con una inflación de 7,8 puntos al cierre del ejercicio de 2022. El turismo será el motor de buena parte de ese sostenimiento como explica Cristina Herrero, presidenta de AIREF.
Pero el segundo semestre del año presenta muchas incertidumbres que puede empeorar los datos. Algunos factores son externos como el comportamiento del precio de gas natural. Otros son internos como la caída del consumo privado por la inflación y la elevación de los tipos de interés.
Junto a estas incógnitas, Herrero añade una relativa preocupación respecto a la ejecución de los fondos europeos o la paridad del euro frente al dólar que lastra la caída del precio del barril de petróleo en Europa
