Según ACCEM, que coordina el sistema de acogida de los refugiados, señala que muchos de los que llegaron son mujeres, niños y ancianos y eso dificulta el proceso de normalización en el que deberían entrar ya
ACCEM, la ONG que coordina el sistema de acogida para los ucranianos que llegaron a la región huyendo de la guerra, se felicita de que el gobierno haya dado luz verde a la distribución de las ayudas enviadas a la región por el ejecutivo central y que estaban pendientes desde el mes de agosto. Su presidente en la región, Mohamed Kebaily, alerta de que ahora el problema empieza a ser que muchos de los que llegaron (mujeres, niños y ancianos en su mayoría) tienen muy pocas posibilidades de inserción laboral y eso dificulta enormemente el proceso de normalización en el que deberían haber entrado ya.
El sistema de acogida prevé un primer periodo de unos nueve meses durante el que los refugiados residen en viviendas tuteladas y reciben formación básica en el idioma para poder empezar a manejarse por sí solos. Muchos de ellos han superado ya ese plazo, y deberían entrar en la siguiente fase: encontrar un piso para alquilar y un trabajo que les permita ser autónomos. Kebaily explica que ese proceso no está resultando sencillo, porque la mayoría de los refugiados ucranianos que han llegado a la región son ancianos o mujeres con niños pequeños.
Hay otro factor a tener en cuenta: como ha explicado el Gobierno regional, la inmensa mayoría de estos refugiados han sido acogidos por familias o amigos. Pero quienes ofrecen ese refugio tienen también sus propios problemas económicos y a veces no pueden prolongar esa ayuda de manera indefinida.
Dice Kebaily que los refugiados ucranianos comparten además otra característica: la mayoría no ha superado todavía el shock emocional que les supuso tener que abandonar su país, pero casi todos tienen muy claro que lo que más desean es volver a casa.
