Julia Martínez (comité científico del XII Congreso Ibérico sobre Gestión y Planificación Hídrica): "Es imprescindible reducir la superficie actual de regadío. Frente al cambio climático, esta cuestión no es debatible"
Hay que reducir los regadíos, no existe otra salida frente al cambio climático y la escasez de agua. Abordar la transición hacia otro modo de gestión hídrica es la propuesta del próximo Congreso Ibérico Ibérico de Gestión y Planificación, que en enero se celebrará en Murcia bajo el lema el lema "Mirando los ríos desde el mar".
Los embalses murcianos están al 39 por ciento de su capacidad, con 443 hectómetros cúbicos, 30 menos que hace un año. Muchas autonomías han dictado restricciones y turnos de riego, y la Confederación Hidrográfica del Segura prepara la utilización de pozos de sequía, frente a un otoño que se presenta seco.
Julia Martínez, bióloga investigadora de la Universidad de Murcia y directora técnica de la Fundación Nueva Cultura del Agua, organizadora del Congreso, recuerda que el regadío acapara el 85 por ciento del agua, y que el cambio climático obliga a tomar la decisión de reducir el cultivo de regadío.
Hay que reducir la cantidad de agua a utilizar, y esa distribución debe tener en cuenta gobernar sin discriminar y sin dejar que sea el mercado el único regulador. La doctora Julia Martínez afirma que no es una cuestión a debatir, ni tampoco depende de una postura ética: es una evidencia, y no cabe otra opción
MIRAR LA CUENCA DESDE EL LITORAL
Salvar agua, cultivos y turismo en un contexto de cambio climático significa reducir el consumo hídrico, estudiar las cuencas y recortar las hectáreas de regadío. Son premisas asumidas por los comités científicos, como los que preparan para enero de 2023 el Congreso Ibérico sobre Gestión Hídrica, en el que una de las propuestas novedosas es redefinir las cuencas hidrológicas desde la perspectiva del litoral al que van a parar los ríos y escorrentías.
La bióloga Julia Martínez recuerda que hace 22 años que es obligatorio cumplir la Directiva Marco del Agua, que incluye en una gestión conectada las aguas dulces, subterráneas y del mar. No tener esa visión, y además diluir las acciones a tomar en distintas administraciones, supone graves problemas. Ejemplo de cómo influye en el agua marina lo que llega por otras vías es nuestro Mar Menor.
Pero no se trata únicamente de agua en movimiento. Los grandes embalses influyen en la escasez de pesca o, en algunos casos, restan sedimentos que influyen en la desaparición de las playas
El Congreso Ibérico va a proponer, desde las distintas temáticas, un objetivo común de gobernanza avanzada. Y gobernar el agua disponible es contar, en armonía, con todos los sectores implicados, sean o no económicos, siempre transparentes ante la ciudadanía y organizaciones civiles.
