La idea es instalar puestos de cara a la calle con sillas y mesas pensando también en los turistas que acceden al casco antiguo desde el puerto
EVA CABALLERO. Cartagena
El mercado Gisbert de Cartagena, donde sólo funciona una pescadería, abrirá la fachada al exterior para convertirse en un centro gastronómico. 12 empresarios se han interesado por abrir puestos en el local.
El Consejo Municipal de Comercio ha tratado los arreglos del edificio, dañado por las Danas, y la distribución del espacio. Según el concejal de consumo, Manuel Padín, hay que dar vida al antiguo mercado que hoy carece de actividad. La idea es instalar puestos de cara a la calle con sillas y mesas, pensando también en los turistas que acceden al casco antiguo desde el puerto.
“Tenemos muy claro lo que queremos para Gisbert. Hablamos de la entrada al Casco Antiguo desde el puerto y debemos dar un servicio acorde con la importancia de este enclave”, ha indicado Padín, quien ha añadido que “la conjunción de El Batel, el Arqua, el ascensor panorámico o los refugios de la Guerra Civil hace necesario que el mercado sea un revulsivo más para llenar la zona de vida y economía”.
Los futuros ocupantes serán los encargados de montar los stands comerciales según sus usos, venta o gastronomía, una vez que las obras de reforma dejen los habitáculos con todas las conexiones necesarias para su uso.
El concejal ha precisado que el único ocupante actual del mercado tiene garantizada su ubicación en las instalaciones una vez reformadas. “Me comprometí con él y soy un hombre de palabra. Tendrá que dejar la plaza de abastos durante las obras, pero se le facilitará un lugar en el mercado de Santa Florentina durante la reforma. Luego, volverá a su sitio”, ha explicado el edil. El comerciante, presente en la reunión, ha mostrado su total colaboración para que se inicien los arreglos lo antes posible.
