El soterramiento de las vías del tren, el derribo de la guardería de La Paz y los trabajadores de los museos municipales sin cobrar desde enero algunos de los asuntos más repetidos. Los portavoces de los grupos le han pedido a José Ballesta que cumpla las promesas y no de la espalda a los ciudadanos
REDACCIÓN. Murcia
Se ha celebrado el segundo debate sobre el estado del municipio en el que el alcalde ha repasado los grandes proyectos que está realizando. El soterramiento de las vías del tren para la llegada del Ave ha sido uno de los más repetidos. José Ballesta ha asegurado que en este asunto se ha avanzado más que en los 15 anteriores, donde también hubo gobiernos del PP con mayoría absoluta.
El derribo de la guardería de La Paz y la situación del barrio, los trabajadores de los museos municipales sin cobrar desde enero o las críticas a la gestión de la huerta de Murcia son algunos de los temas de los que más se ha hablado en el debate.
El edil no adscrito José Trigueros ha propuesto que se saque la estación del Ave a Los Dolores. La portavoz socialista, Susana Hernández, ha expuesto su modelo de ciudad del que ha dicho que en nada se parece al de Ballesta. Hernández ha propuesto un plan de accesibilidad, actuaciones en la red hidráulica para que sea patrimonio de la UNESCO y que se saquen a oposición 71 plazas de policía local. En definitiva, le ha pedido al alcalde que se ponga las pilas.
Reproches desde Ahora Murcia al alcalde. Su portavoz Alicia Morales decía que la gente tiene la percepción de que los políticos se han olvidado de ellos y sus problemas. El portavoz de Ciudadanos, Mario Gómez, acusaba al alcalde de incumplir sus promesas y le pedía más hechos.
El portavoz de Cambiemos Murcia, Nacho Tornell, terninaba su intervención animando al resto de grupos a ponerse de acuerdo en una moción de censura.
Desde el PP, su portavoz Rebeca Pérez, resaltaba entre los proyectos más positivos el soterramiento, la recuperación del Segura, de la huerta y pedía diálogo al resto de grupos del ayuntamiento de Murcia.
El alcalde José Ballesta defendía el esfuerzo del ejercicio político y el diálogo frente a la posverdad y el sentimentalismo tóxico.