El Gobierno de España ve desarme como una operación mediática y avisa a ETA de no tendrá trato de favor ni impunidad por sus delitos, según el ministro Zoido
ETA ha dado un paso más hacia su final con la entrega de su arsenal a las autoridades francesas, un desarme recibido con cautela por los expertos antiterroristas, las víctimas y buena parte de las fuerzas políticas y entendido de forma mayoritaria como la escenificación de su derrota.
A primera hora de la mañana, la banda terrorista ha comunicado a la Fiscalía de Bayona (Francia), a través de los "mediadores", la localización de ocho depósitos de armas que contienen alrededor de 120 armas de fuego, tres toneladas de explosivo y varios miles de municiones y detonadores.
Ocho zulos repartidos por el departamento 64, el de los Pirineos Atlánticos, cuyo contenido ahora ha de ser analizado por las Fuerzas de Seguridad francesas, pero en el que, según los expertos antiterroristas, falta parte del arsenal del que la banda dispone.
El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha advertido a ETA, en una declaración institucional, que el Gobierno "no va a cambiar su posición" y que "no pueden esperar ningún trato de favor".