Uno de cada tres kilos de alimentos acaba en la basura
Se estima que uno de cada tres kilos de alimentos que se producen acaba en la basura. Uno de los retos de la Ley contra el Desperdicio Alimentario, ahora en tramitación, será precisamente realizar un cálculo más preciso porque en realidad son estimaciones de organismos de referencia como la FAO. Ese derroche es también uno de los factores que influyen en el cambio climático.
La organización Enraíza Derecho lleva tiempo trabajando para tratar de reducir el desperdicio alimentario y celebra la elaboración de esa ley que está tramitándose en el parlamento, pero muestra su preocupación porque las últimas versiones del documento soslayan algo que consideran esencial que se resume en no producir más allá de lo que se consume, según nos ha explicado Héctor del Barco, uno de sus portavoces.
Además de disponer de un instrumento legal es necesario poner cifras reales al desperdicio. Las estimaciones, aunque elevadas, pueden incluso quedarse cortas. Resulta llamativo que no sea este un fenómeno ligado al poder adquisitivo sino que ocurra todo lo contrario.
Si faltaran razones para tratar de evitar que la situación continúe, podemos sumar la vinculación con el cambio climático: el coste de producir lo que se tira a la basura.
