Según el codirector del CEMOP, Ismael Crespo, la mayoría de los ciudadanos tenía decidido a quien votar antes de la campaña y los que acumulaban más dudas eran los de izquierdas
La mayoría de los electores de la región tenía decidido su voto antes de la campaña electoral. El principal efecto de la misma fue la activación de parte de votantes pero no en el cambio de preferencia. Las encuestas no les influyen y la tele sigue siendo el me4dio por el que más se informan seguida de lejos por la radio y la prensa escrita.
El centro de estudios de opinión, CEMOP, ha presentado su estudio postelectoral del 28-M del que se desprende la más que discreta utilidad de las campañas políticas. Se han realizado más de 700 entrevistas entre quienes ya contestaron en la encuesta previa a los comicios del 28-M. El tema más debatido ha sido el agua y el trasvase, seguido del Mar Menor. A bastante distancia se sitúa la polémica con las candidaturas de EH Bildu.
La mayoría de los ciudadanos tenía decidido a quien votar antes de la campaña y los que acumulaban más dudas eran los de izquierdas. Si hay un calificativo apropiado para definirla es "campaña de activación", según indica Ismael Crespo, codirector del CEMPOP.
En cuanto a las emociones despertadas por los líderes, solo en el caso de Fernando López Miras hay una mayoría a la que les transmite tranquilidad, algo extendido en el conjunto de la derecha mientras María Marín, líder de Podemos, produce mayores procesos de polarización.
Del estudio se desprende también que la abstención perjudicó singularmente al PSOE, según indica Juan José García Escribano.
El CEMOP está realizando ya el trabajo de campo para una encuesta preelectoral de las generales que hará público el día 17. A priori, Crespo cree que estamos ante unos comicios plebiscitarios y centrípetos que anticipan una vuelta del bipartidismo.
