Una de las fallecidas tenía 3 hijos y la prioridad del Ayuntamiento es dar atención a estos menores
ENRIQUE SOLER. Caravaca de la Cruz
Amigos y vecinos de los cuatro jóvenes de Caravaca de la Cruz que este domingo perdían la vida en el incendio de la discoteca Fonda Milagros de Atalayas, en Murcia, guardaban un minuto de silencio en la puerta el Ayuntamiento.
Los vecinos no daban crédito a las noticias del fallecimiento de los cuatro jóvenes que salieron de fiesta y ya nunca regresaron. Jairo, el padre de Paola, una de las fallecidas, tiene una tienda de telefonía en la Gran Vía y es una persona muy conocida y querida.
También mucho dolor ente los trabajadores de las tiendas próximas a la de Jairo.
Los vecinos de Caravaca mostraban esta mañana su dolor por el fatal desenlace.
Otra de las fallecidas, Rosa, participaba en un plan de empleo local. Sus compañeras mostraban el dolor por la perdida.
Rosa tenía tres hijos, dos de ellos en un colegio de Primaria y el otro en un centro de Educación Secundaria. El alcalde de Caravaca, José Francisco García, ha explicado que una de las prioridades ahora mismo es dar atención a los menores.
Más de medio centenar de personas han acudido esta mañana a la llamada del consistorio para guardar un minuto de silencio en memoria de las víctimas.
