Científicos del Instituto Oceanográfico inician esta semana una nueva campaña de monitorización para evaluar el estado de salud del mar Mediterráneo y constatan que el cambio climático avanza a gran velocidad
Las temperaturas del Mediterráneo fluctúan sobre valores cada vez más altos y las olas de calor marinas son más duraderas. Científicos del Instituto Oceanográfico han iniciado esta semana una nueva campaña de monitorización para evaluar su estado de salud. Los investigadores constatan que el cambio climático avanza a tal velocidad que el impacto en los ecosistemas es impredecible.
Una veintena de científicos participa habitualmente en el programa de monitorización Radmed que desde hace 30 años sigue de cerca la evolución del Mediterráneo y los efectos del cambio climático, analizando en cuatro campañas anuales su estado de salud, desde las costas de Málaga hasta Barcelona, incluida la Región de Murcia con una estación cerca de Cabo de Palos. La campaña de primavera en el Mediterráneo no ha hecho más que empezar y lo hace en plena ola de calor marina, según indica Manuel Vargas, físico e investigador del Instituto Oceanográfico de España.
No solo cambia la temperatura. El agua del Mediterráneo es cada vez más salada y el nivel del mar, que en los años 90 subía por el calentamiento global a razón de un milímetro y medio anual, ahora lo hace a un ritmo de 3,5 milímetros.
Por si este escenario no fuera suficientemente preocupante, los científicos constatan que la velocidad del cambio climático es tal que las consecuencias sobre los ecosistemas son impredecibles. No sabemos, dice Vargas, si las especies actuales podrán evolucionar y adaptarse, podrán migrar o simplemente desaparecerán.
