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¿Hay que prohibir totalmente el uso de los móviles en los centros educativos?

Galicia ya ha aprobado su prohibición, que entrará en vigor después de las vacaciones de Navidad. En la Región, el tema concierne a la autonomía de cada centro

ONDA REGIONAL
08 DIC 2023 - 10:20
¿Hay que prohibir totalmente el uso de los móviles en los centros educativos?
Adolescentes con el teléfono móvil (archivo). FREEPIK

Galicia es, por ahora, la última comunidad que ha decidido prohibir de manera taxativa el uso de teléfonos móviles en los centros educativos y hacerlo, además, incluso fuera del horario lectivo, tanto en los recreos como en el comedor.

El anuncio lo hacía el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, que ha explicado que la prohibición entrará en vigor tras las vacaciones de Navidad, aunque todavía habrá que discutir con las directivas de los centros y las asociaciones de madres y padres hasta qué edad se mantiene esa medida, si hasta los 16 años o hasta los 18.

En la Región de Murcia, la consejería de Educación insiste en que ese es un tema que concierne a la autonomía de cada centro y que el gobierno regional es partidario de un uso responsable de los dispositivos.

Las asociaciones de directivos de centros, tanto de Primaria como de Secundaria, no son partidarias de la prohibición como norma general, y reclaman que las familias asuman su responsabilidad a la hora de decidir a qué edad dan acceso a sus hijos a un teléfono móvil.

Los psicólogos entienden que un acceso prematuro, antes de los 13 ó 14 años, aumenta notablemente el riesgo de adicción.

La consejería de Educación está trabajando en la creación de un grupo de trabajo que incorporará a expertos en diversos ámbitos, para que realice una serie de recomendaciones de reglamentación que permita un uso seguro y responsable de los dispositivos digitales en el ámbito educativo. Pero ese grupo, según nos confirman desde la Administración Regional, todavía no se ha reunido.

¿Qué dicen los docentes? Lo primero, que hay que dar al problema la dimensión que realmente tiene.

Isabel Saturno, que es la presidenta de la Asociación de Directivos de Secundaria, sostiene que hay casos puntuales en los que el uso del teléfono móvil genera conflictos, pero no es en ningún caso un problema generalizado ni acuciante.

En esa misma línea se expresa la presidenta de la Asociación de Directivos de Primaria, Olga Catasús, contraria a imponer una prohibición total del uso del móvil. Ella también apuesta por enseñar a los alumnos a utilizar responsablemente la tecnología.

Son opiniones que contrastan con la de una especialista en la materia: María Dolores Oñate, psicóloga especializada en adicciones tecnológicas, cree que todo lo que contribuya a reducir el tiempo que los niños y adolescentes pasan ante el móvil debe ser recibido como una buena noticia.

Su experiencia personal es que el número de casos de adicción a móviles y redes sociales no deja de crecer y que su gravedad está directamente relacionada con el momento en el que los menores acceden a esa herramienta: cuanto más pequeños son, más dependientes se vuelven, porque su cerebro inmaduro crea un vínculo más fuerte con el mundo digital.

En opinión de María Dolores Oñate, la prohibición es la respuesta de los centros ante un problema que no son capaces de manejar. Y aún así, le parece una buena decisión, porque el móvil es un factor muy disruptivo, que empeora la capacidad de concentración y reduce la atención en clase. Asumiendo -dice- que cuando salgan de clase los niños pasarán muchas horas enganchados a las redes sociales o los juegos, cualquier medida que reduzca las horas de exposición es acertada.

A su juicio, la prohibición de uso de teléfonos móviles en los centros educativos debe extenderse también al horario no lectivo, al tiempo del recreo o el comedor. Ese es el momento en el que los alumnos tienen que desarrollar sus habilidades sociales y no lo harán si están pegados a la pantalla.

Este último dato, el de la edad de acceso al teléfono móvil, parece ser determinante en este asunto. Y aquí también tienen algo que decir los docentes, que se plantean qué sentido tiene prohibir en colegios o institutos una herramienta tecnológica si los alumnos vienen con el problema "puesto de casa".

Son las familias las que deben decidir cuándo y bajo qué condiciones entregan un móvil a sus hijos. Si son conscientes de que un teléfono empeora el rendimiento escolar de sus hijos y entorpece su desarrollo, lo razonable sería que no se lo facilitaran o, al menos, que no les permitieran llevarlo al colegio, según Olga Catasús.

En todo caso, insiste Isabel Saturno, los centros ya controlan el uso de los móviles, que están prohibidos durante clase, salvo que se empleen para realizar alguna actividad dirigida por el profesor. Y asegura que, en el día a día de su centro, el Instituto Sanje de Alcantarilla, la normativa existente basta para resolver los problemas.
 

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