Los estudiantes tendrán que presentan un permiso de los padres cada vez que asistan a charlas complementarias que forman parte del currículo obligatorio
La Comunidad Autónoma mantiene por tercer año consecutivo un veto parental en Educación Primaria y Secundaria que obligará a los padres a autorizar expresamente la asistencia de sus hijos a charlas o actividades complementarias, a pesar de que forman parte del currículo obligatorio y han sido aprobadas previamente por los centros escolares.
Se trata del mismo 'pin parental' implantado por la consejera tránsfuga de Vox, Mabel Campuzano, en la pasada legislatura, aunque estas palabras no aparecen tal cual en las instrucciones del nuevo curso que ha distribuido la consejería de Educación.
En la práctica, los estudiantes tendrán que presentan un permiso de los padres cada vez que asistan a charlas complementarias. Esto pese a que no se trata de actividades extraordinarias, sino parte de los contenidos obligatorios que previamente deben aprobar los centros escolares en órganos donde participan las familias, según ha explicado Nacho Tornel, de la federación de Enseñanza de Comisiones Obreras.
En la práctica, este veto parental genera "más burocracia para los docentes y situaciones absurdas y tristes", dice Tornel, como dejar fuera del aula a un estudiante que olvidó la autorización paternal mientras se imparten charlas sobre asuntos como el abuso en las redes sociales o las consecuencias del consumo de drogas.
