El portavoz de los coordinadores de los centros de salud, el doctor Juan Francisco Menárguez, considera que todo dependerá de que las condiciones de trabajo hagan posible alcanzar los objetivos marcados
El Plan de Mejora de la Atención Primaria que ayer presentó el consejero de Salud es "una declaración de intenciones" que va en la buena dirección pero que no detalla medidas concretas, así que está por ver si será realmente útil para resolver los problemas a los que se enfrenta el sistema. Es lo que opina sobre ese documento el portavoz de los coordinadores de los centros de salud, el doctor Juan Francisco Menárguez, que insiste en que de nada servirán las buenas intenciones de la Consejería si el Gobierno regional no pone los medios necesarios para alcanzar esos objetivos.
Menárguez dice que quiere ser positivo, que confía en la buena voluntad de los responsables políticos de la sanidad pública y que los principios generales que enumera este Plan de Mejora de la Atención Primaria resultan coherentes con lo que cualquier profesional reclamaría para resolver algunos de los grandes problemas que sufren los centros de salud. Desde ese punto de vista, el plan ofrece un "excelente marco estratégico". Pero ahora habrá decidir cómo se logran esos objetivos.
El portavoz de los coordinadores de centros de salud echa en falta en el texto de la Consejería las medidas concretas que los profesionales han ido planteando en los últimos meses a la administración regional. Ninguna de las alternativas que han propuesto aparece recogida en este plan y todo dependerá de que las condiciones de trabajo hagan posible alcanzar los objetivos marcados.
Esos protocolos que no están ni siquiera apuntados, son los que marcarán la diferencia. Menárguez lo ilustra con un ejemplo: la propuesta de limitar las agendas médicas de los centros de salud a 35 pacientes por día es, sobre el papel, una buena idea. Pero si el protocolo de aplicación no aclara bien quién se encarga de hacer el triaje de los pacientes o qué respuesta se da al resto de los pacientes imprevistos, en vez de resolver un problema pueda acabar agravándolo. Por eso no está de acuerdo con que la consejería esté haciendo la prueba piloto de estas agendas limitadas en los centros de salud en los que no hay problemas de saturación: debería estar probando su eficacia en una situación real de centros con muchos pacientes y con facultativos de baja o de vacaciones.
