Los servicios de inspección controlan toda la mercancía que llega a las dependencias a las que se les exige los mismos requisitos que a las producciones de la UE
El limón de Argentina es el producto estrella del puerto de Cartagena y al que más tiempo destinan los servicios del control fronterizo que revisan todas las mercancías que puedan provocar daños de salud a la cadena de alimentación.
El jefe de puesto de control fronterizo, el veterinario Pedro Oliver, es tajante al asegurar que todo los productos de frutas, hortalizas, cereales y ganado que entran al puerto de Cartagena cumplen con todos los requisitos de la UE.
En el caso del limón el trabajo que realizan los inspectores en el puerto es minucioso. Se examinan con lupa el cien por cien de los contenedores que llegan, sobre todo de Argentina, y cuando existes sospechas se envían a un laboratorio de Valencia donde se les realiza una pcr para saber si tiene o no enfermedad. La que más preocupa es la mancha negra que además es difícil de distinguir. Si los controles dan positivo se retira toda la carga y se destruye.
Al puerto de Cartagena también llegan y se someten a los mismos controles, naranja y patata de Egipto o melón de Brasil.
Junto a las frutas y hortalizas se realizan rigurosas inspecciones al maiz y la soja que se importan para la industria de los piensos con la que se alimenta la cabaña de ganado de la Región. Pedro Oliver asegura que el grano que llega en contenedores de graneles a Cartagena tiene muy buena calidad y que en 20 años nunca han tenido problemas. En cuanto al ganado, Cartagena se ha convertido en el puerto más importante como punto de salida de ganado vivo, algo de lo que en el servicio de inspección se sienten muy orgullosos.
