El director de Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, echa en falta que se hubiera hecho un mayor esfuerzo por informar a la población del riesgo que corrían
El director de Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, está convencido de que lo ocurrido demuestra la necesidad de repensar los protocolos de alerta y corregir el funcionamiento de un sistema que, evidentemente, no estaba bien engrasado.
Olcina echa en falta que se hubiera hecho un mayor esfuerzo por informar a la población del riesgo que corrían y cree que en el futuro habrá que subrayar esas alertas con mensajes mucho más rotundos.
No sólo deben mejorar los protocolos de las administraciones y de los servicios de emergencia: los ciudadanos necesitamos formación porque vamos a tener que aprender a convivir con el riesgo.
Pero el principal aprendizaje que este experto cree que debemos extraer de lo ocurrido, es que necesitamos aprender a relacionarnos con el territorio, porque llevamos décadas sin prestarle el respeto que se merece. En ese sentido, los mapas de zonas inundables son una herramienta básica para planificar un desarrollo urbanístico seguro. Mapas que, además, deberán ampliar sus restricciones porque la evolución del clima nos lleva a precipitaciones más intensas y frecuentes de las que hasta ahora se han tenido en cuenta para delimitar las zonas más expuestas a una inundación.
No sólo habrá que limitar más las zonas habilitadas para construir: también habrá que actuar para proteger núcleos de población ya existentes, porque son muchos los que están atravesados por ramblas potencialmente peligrosas.
Jorge Olcina sostiene que esas herramientas deben traducirse además en información concreta y pública a la hora de adquirir una vivienda.
