Se desarrollan tutorías individualizadas, programas formativos y gestión de ofertas de empleo. Un 38 por ciento de las mujeres participantes ha conseguido un empleo
JAVIER BASTIDA
En la Región de Murcia, alrededor de 400 mujeres han sido atendidas en lo que va de año por ser víctimas de explotación sexual. Esta ayuda ha sido prestada por Oblatas, una congregación religiosa que nació en 1870 y que está presente en este momento en 17 países del mundo. En nuestra comunidad, sus inicio se remontan siete años más tarde. Hace más de 140 años.
Oblatas presta a las mujeres víctimas de explotación sexual una ayuda integral durante toda su vida, de tal forma, que cuando el equipo de la asociación detecta algún caso de este tipo se desplaza hasta los lugares donde la mujer está ejerciendo la prostitución. La asistencia que les brindan se basa en la inserción laboral, regularizar documentación, revisiones sanitarias o acceso a vivienda, como explica Ángela López coordinadora de Oblatas Murcia.
El perfil de estas mujeres: inmigrante procedente de países en situación de pobreza, de entre 25 y 35 años, que buscan en nuestro país un sueldo para alimentar a sus hijos. Según apunta Ángela López, la pandemia aumentó la situación de vulnerabilidad de estas mujeres.
En las salidas de la unidad móvil de Oblatas, compuesta siempre por un mínimo de dos profesionales, se distribuye material para la prevención de infecciones de transmisión sexual y una intervención social adaptada a las características y situación de cada mujer atendida, salvaguardando ante todo su intimidad y los tiempos que necesitan para abandonar su estado de vulnerabilidad.
El gobierno regional destina a Oblatas 200.000 euros para desarrollar todos sus servicios. Gracias a esa financiación, la consejera de Política Social, Familias e Igualdad, Conchita Ruiz, ha asegurado que la ayuda de Oblatas llega hasta trece municipios de la Región de Murcia.
