Gobierno central y autonomías debaten sobre la propuesta de contratar a miles de nuevos profesores ayudantes doctores en la universidad pública
La implantación de la LOSU, la Ley Orgánica del Sistema Universitario, no podrá llevarse a cabo sin financiación y, en palabras del rector de la Universidad de Murcia, José Luján, nacería muerta. Este miércoles se han reunido en Madrid la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, y los consejeros autonómicos a la búsqueda de soluciones a la propuesta de contratar a miles de nuevos profesores ayudantes doctores en la universidad pública, un plan cuyo coste habrán de cofinanciar Ministerio y autonomías, lo que genera objeciones entre estas últimas.
Las modificaciones que se plantean afectan sobre todo a los profesores asociados y se refieren a las horas lectivas, que bajarán de 180 anuales a 120 horas, lo que genera un déficit de profesorado y un perjuicio para quienes vean rebajada su actividad. En el caso de la UMU harían falta alrededor de 200 nuevos profesores, ha recordado Luján, que en declaraciones a ONDA REGIONAL señala que falta financiación y pide un acuerdo entre administraciones para no convertir la LOSU en una "ley muerta".
El mejor acuerdo es el que tenía que haberse pactado antes de tramitar la ley, aunque al menos se ha conseguido que las cuestiones que afectan al profesorado no se apliquen de manera inmediata. Sin embargo el reto es grande: las horas que no den los asociados correrán a cargo de profesores ayudantes doctores, plaza a la que podrían acceder los primeros. En términos económicos 45.000 euros al año que por 150 son cerca de siete millones de euros.
La queja de algunos gobiernos regionales es el coste que deberán asumir para poder cumplir con las disposiciones de la LOSU en relación a la plantilla del personal docente e investigador, aquejada por una temporalidad superior al 40%.
Una buena parte de los 3.000 estudiantes de doctorado de la Universidad de Murcia están preocupados por los problemas de financiación del centro docente. Son muchos los que quieren hacer carrera docente, algo que no parece posible con las circunstancias actuales.
El portavoz de la organización que les representa asegura que sus "miedos" son parecidos a los que sufren los asociados. A la precariedad e inestabilidad laboral les precede además la dificultad del acceso, aunque son precisamente profesores lo que falta. José Víctor Hernández Tovar asegura que, a pesar de que muchos de los 3.000 estudiantes matriculados en los cursos de doctorado no responden al perfil de jóvenes estudiantes con grado y máster recién terminados, algunos de los que sí lo son se plantean abandonar ante la falta de perspectivas.
