Brumi Sánchez, una vecina de la pedanía de La Paca, en Lorca, tardó 5 horas en llegar a casa tras una sesión de quimioterapia recibida en la Arrixaca tras pasar por Águilas, Totana y La Hoya
La historia de Brumi Sánchez, una vecina de Lorca, es un buen ejemplo de las deficiencias del transporte sanitario en la Región de Murcia y de las listas de espera. Esta mujer, operada de cáncer de mama, relata la odisea del viaje tras su última sesión de quimio en la Arrixaca: tardó tres horas y media en llegar a su casa de la pedanía de La Paca parando para dejar a otros pacientes y haciendo incluso un trasbordo para cambiar de vehículo.
Fue su última sesión de quimioterapia y había llegado a la Arrixaca a las nueve de la mañana. Un análisis reveló que tenía anemia por lo que fue necesario ponerle una bolsa de hierro y esperar varias horas para administrarse el ciclo. Su tratamiento terminó a las 5,30 de la tarde. Con mareos y la ayuda de dos personas para meterse en la ambulancia, el conductor aún tenía que recoger y dejar a otros pacientes en Águilas. Su marido pidió expresamente que acortaran el trayecto para no agotar más a su mujer. Brumi Sánchez no tiene quejas por los conductores sino por la saturación del servicio.
Tardó tres horas y media en llegar a su casa a las ocho y media de la tarde. Ese fue el peor día, el resto de sus dos ciclos de quimio los vivió con esperas de más de una hora en cada jornada. Confía en que su testimonio sirva para que el Servicio Murciano tome medidas y mejore la asistencia.
En febrero de 2022 le extirparon un pecho por el cáncer y lleva 13 meses en lista de espera para que se lo reconstruyan. Actualmente está en rehabilitación pero para las sesiones la han enviado a una clínica privada de Puerto Lumbreras: una hora y media en ambulancia en lugar de acudir al hospital Rafael Méndez, situado a una media hora de su casa.
