La entrada al mirador

Buenas tardes,

 

Hoy es el día mundial del docente, de los maestros, de los profesores, de las seños, de todos los que se dedican a que aprendamos algo en nuestra vida. Ahora está de moda que les critiquemos porque se supone que han estado 6 meses sin hacer nada y cuando ha empezado el colegio en septiembre, se han agobiado porque no estaban las cosas preparadas y hasta han convocado huelga. 

 

Esto de la pandemia nos ha servido para darnos cuenta de lo de siempre: 

para que la educación, o la sanidad, o cualquier servicio público funcione, hace falta que la administración ponga los medios y que los ciudadanos o usuarios los utilicen bien. Pero no podemos negar que es imprescindible que los funcionarios amen su trabajo y lo hagan lo mejor que pueden. Y algunos nos han decepcionado durante estos meses. Suele ser noticia todo lo que sale mal, es la maldición de los medios de comunicación, que dicen que las buenas noticias, no son noticia, por eso de todo lo que ha salido mal durante el confinamiento y en el inicio de curso ya hemos hablado.  

 

Así que tendríamos que dedicar hoy el día a lo que ha ido bien, a esos profesores que están haciendo todo lo que pueden y bastante más. Hoy me dirijo a esos profes que se enfrentan cada jornada a una clase con niños que han perdido la costumbre de madrugar y que se agobian con la mascarilla puesta y que han echado tanto de menos a sus amigos que están deseando darse abrazos y no puedes dejar que lo hagan.  

 

Profes que encienden el ordenador para dar la clase también a los que están en casa y se encuentran con que el ordenador no funciona, o la cámara no funciona o el micro no funciona. O funciona todo, pero se cae la wifi porque no aguanta todo el streaming del instituto.  O todo va bien pero los críos no te entienden porque tienes la mascarilla puesta y las ventanas de la clase abiertas, o explicas algo en la pizarra y ellos no lo ven porque los pupitres tienen que estar separados y no se ha tenido en cuenta la perspectiva.  Y en el recreo discutes con un compañero que es negacionista y cree que lo de la mascarilla es una chorrada, y luego discutes con un montón de padres que piensan que los maestros son todos unos gandules. 

 

Y al día siguiente te vuelves a levantar y tienes que convencerte durante el desayuno de que tienes una de las mejores profesiones del mundo y que merece la pena enseñar.

 

A esos profes, que son muchos aunque a veces los medios no los veamos, a ellos les deseo Feliz día del docente

 

MARTA FERRERO