La entrada al mirador
Buenas tardes
Hoy, imagino que como todos, me siento un poco más encerrada. Es algo psicológico porque las medidas no entran en vigor hasta mañana y de todas formas no tenía ningún plan de viaje para los próximos días. Pero no es lo mismo estar sin planes que saber que no vas a poder hacer planes. Y que esto va para largo. Así que me he puesto a pensar en viajes y en libertad y me he acordado de Jose Luis Perales y su velero.
Esta semana he empezado un día con los Panchos y otro con Raphael, pero es que parece que no se hacen letras como antes y Perales es un clásico. En un velero llamado libertad cuenta la historia de uno que coge un par de cosas en su petate y se marcha en su barco a no se sabe dónde. Y estaba el hombre mirando el cielo y las gaviotas no se sabe cuánto tiempo hasta que escuchó voces que le decían ¿Dónde vas? y decidió volver.
Y me he imaginado tumbada en un barco, viajando sin rumbo y sin preocupaciones, con protección solar, eso sí. Y me ha dado una envidia tremenda esto de Perales. En mi caso no creo que escuchara voces, seguramente escucharía el móvil sonando con alguien de la familia o del trabajo que me reclama y tendría que volver. Pero qué bonito mientras