TARDE ABIERTA. Alberto Torres: "La desconfianza hacia AstraZeneca es casi inevitable, de ahí la decisión del ministerio de completar las pautas con Pfizer"
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REDACCIÓN.
El epidemiólogo Alberto Torres, jefe del servicio de prevención del Hospital de La Arrixaca, entiende que haya expertos que se inclinen por completar la pauta de vacunación de los menores de 60 años con una dosis de Pfizer, aunque desde su punto de vista la respuesta más segura pasa por un segundo pinchazo de AstraZeneca.
Torres, que ha pasado por los micrófonos de Tarde Abierta, dice que, a quien le ha pedido opinión, siempre le ha recomendado lo mismo: si recibió una primera dosis de AstraZeneca, la segunda debería ser de esa misma vacuna. Pero también asume que, por errores de gestión o de comunicación, en España se ha generado un clima social de evidente rechazo a la vacuna de AstraZeneca. Por eso y teniendo en cuenta que lo verdaderamente importante es completar las pautas, entiende que se busque una alternativa viable con un segundo pinchazo de Pfizer.
La cautela también preside el siguiente razonamiento del jefe del servicio de prevención de la Arrixaca: es evidente, nos dice, que podríamos prescindir de la mascarilla en determinadas actividades al aire libre. Pero cuando se eliminan restricciones siempre se corre el riesgo de que la relajación de la población vaya más allá de lo deseado. Su posición sería no introducir cambios en la actual regulación ahora que por fin parece que ha sido interiorizada de manera general por la población, y esperar un poco más (hasta los meses de verano) para tratar de alcanzar una situación de mayor seguridad.
Algo parecido piensa respecto al cierre del ocio nocturno: todavía es pronto, y más si tenemos en cuenta que ahora mismo la mayor tasa de incidencia se concentra precisamente en el rango de edad que más frecuenta este tipo de actividades, los jóvenes entre 17 y 34 años.
Alberto Torres nos ha dejado un último mensaje: los países desarrollados tienen que empezar a ceder cantidades importantes de vacunas a las naciones pobres o en vías de desarrollo, porque la pandemia no se resolverá mientras el virus siga circulando allí de manera masiva, generando mutaciones que podrían acabar escapando al efecto de la inmunización.
