La jefa de Epidemiología del Servicio Murciano de Salud, María Dolores Chirlaque, asegura que en la Región los datos clínicos muestran un descenso notable y sostenido del número de contagios
La jefa de Epidemiología del Servicio Murciano de Salud, María Dolores Chirlaque, asegura que la decisión de eliminar el uso obligatorio de la mascarilla está plenamente respaldada por los datos clínicos que, en el caso de nuestra región, muestran un descenso notable y sostenido del número de contagios y una menor gravedad de los efectos causados por el COVID.
Dice Chirlaque que el número de casos monitorizados (que ahora se concentran en pacientes de más de 64 años) lleva semanas cayendo en picado. A eso hay que sumarle la constatación de que los cuadros clínicos derivados del COVID son cada vez más leves porque el nivel de inmunización es muy elevado.
El fin del uso obligatorio de mascarillas no es, en palabras de Chirlaque "una norma del todo o nada": siguen siendo obligatorias en determinados entornos hospitalarios en los que pueden estar expuestos pacientes especialmente vulnerables. Se trabaja además en protocolos clínicos que podrían contemplar la recuperación de este mecanismo de protección en determinadas circunstancias.
Lo bueno de la experiencia de estos últimos tres años, nos dice la jefa del servicio de Epidemiología, es que el uso de la mascarilla -que antes de la pandemia era una auténtica rareza en nuestro país- se ha normalizado y ahora es percibido como una muestra de responsabilidad.
